Branding, de un
logo a una actitud
Las marcas no son
solo logos ni símbolos o íconos, son la suma de todas las características
tangibles e intangibles, que manejadas correctamente nos permiten generar valor
e influencia. En ellas reside el discurso o esencia de un producto, servicio o
experiencia. (Daniel Yepes)
Con la revolución industrial
las marcas empezaron a jugar un papel importante en nuestras vidas, tanto así
que en esta época crecieron muchas de las grandes marcas que conocemos hoy en
día.
En la actualidad, y con cada
vez mayor frecuencia, las marcas se vuelven un integrante de la cotidianidad de
las personas, están en todas partes: cuando nos despertamos, cuando comemos,
cuando hablamos, cuando viajamos; sin darnos cuenta, son ellas las que
determinan muchas veces nuestra actitud frente al mundo. Basta pensar en la
experiencia de libertad que representa conducir una Harley Davidson soy más
libre o en la sensación de aventura que nos invita a vivir una marca como Red
Bull.
Existen muchos
métodos y estrategias para construir buenas marcas; de hecho, abundan las
consultoras enfocadas en diferentes áreas para potenciarlas. Pero si hay una
cosa clara, es que las marcas deben tener en su esencia una actitud y un
pensamiento clave: de ello depende buena parte de la relevancia e impacto
que pueda tener sobre las personas.
5 elementos clave
para crear una marca con actitud
1. La exclusividad: para
definir su esencia la marca debe tener muy claro aquello que la hace diferente
de sus rivales en el mercado. ¿Qué es aquello que hace que la marca sea
única?
2. La experiencia: la
esencia debe capturar los sentimientos del cliente mientras este «Vive» la
marca.
3. La coherencia: las
marcas son como las personas: no importa lo que digan, sino lo que hagan.
4. La autenticidad: nunca
hacer promesas vacías. Si la esencia de marca no es creíble, los consumidores
terminarán rechazándola.
5. La
perdurabilidad: una vez creada la esencia de marca, está
deberá permanecer inalterable, porque es ella la que determina su actitud.
Recuerde que la actitud es la que determina nuestro actuar. Del mismo modo ocurre con las marcas: si con mi marca busco ser aburrido y mis elementos de marca y/o su comunicación así lo demuestran, pues así me recibirán los clientes; o por ejemplo, si no busco diferenciarme de los demás, quedaré envuelto en un océano con infinidad de posibilidades y alejado de clientes que con seguridad nos necesitarán: una mala marca solo ayuda a la competencia.
Es importante evaluar si las marcas cumplen con
estos puntos anteriores para poder trasladar esos esfuerzos en otros temas que
son relevantes para la construcción de la misma.
El branding como herramienta es un
componente ideal cuando se construyen marcas, porque no es solo pasar de un
gusto o una idea que sea bella o interesante, sino construir estrategias
basadas en el cómo me veo, cómo hablo, cómo actúo y cómo la suma de estos
elementos hacen que mi marca sea el camino y no el final. En últimas, se trata
de convertir la experiencia de mi marca en algo único e irrepetible y de
construir relaciones donde lo emocional supere a lo racional.
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